La importancia del ritmo (en la magia)

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Este tema daría para muchas entradas del blog, y las tendréis. El tema es tan extenso y tan poco específico que, si no lo aterrizamos a una temática en particular, nos perderíamos con demasiadas perspectivas. Es por esto que hoy vamos a hablar de lo importante que es el ritmo en las actuaciones de magia. La primera y gran pregunta sería …¿Qué entendemos por ritmo en la magia? Lo podemos ver desde varios enfoques y, por tanto, tendrá varias respuestas.

Podemos interpretar el concepto de ritmo cuando hablamos de un efecto o juego en concreto. Lo podríamos dividir en ritmo interno y ritmo externo

Los tipos de ritmos y cómo guían a tu público

El ritmo interno es algo que explica mucho mejor que yo el maestro de maestros Arturo de Ascanio. Se podría entender como: hacer cada movimiento en el momento oportuno, con la intensidad oportuna, y dándole la importancia adecuada. Pero no es de este ritmo del que quiero hablar. Me refiero al ritmo que aprecia el espectador, aunque sea inconscientemente.

En este caso, ese ritmo se percibe de diferentes formas. Si el mago hace magia con comicidad, que no necesariamente magia cómica, apreciarás el ritmo en todas y cada una de las veces que esbozas una sonrisa o directamente te ríes. También, ya sea en este tipo de magos o en otros más “serios” apreciarás el ritmo en los momentos en los que te sorprendes con algún efecto mágico.

Si todo eso lo condensamos en un juego de magia estamos diciendo que un juego tiene ritmo cuando te estás removiendo por dentro, bien sea por la sorpresa, bien sea por la risa, bien sea porque hace que afloren algunos sentimientos (generalmente buenos) desde tu perspectiva de espectador y de manera más o menos continua. Un juego que requiere una gran preparación en el sentido de hacer muchas mezclas, o muchos pasos previos, o mucha charla inicial y que, tras varios minutos de estas acciones, generan una sorpresa final, no suele ser un juego con mucho ritmo.

Si el juego requiere todas esas acciones previas para un único “mazazo” final es importante que el mago sepa gestionar el ritmo de todo el pre-efecto. Si tiene una charla de contexto inicial debe ser muy absorbente, hasta el punto de que al espectador, si no hubiera magia al final, le diera igual porque ya la charla le ha cautivado. Si el juego requiere preparar unas condiciones imposibles, con muchas mezclas por ejemplo, o muchas acciones que el espectador debe hacer y demoran el final, debe tener unas salidas cómicas o una capacidad de relatar la situación sobresalientes para que funcione el final.

O quizás debe remarcar bien la imposibilidad del mismo y preparar el momento en el que los espectadores van a verse asombrados. A medida que el juego avanza, todavía no pasa nada, pero los que están viendo el momento están poniéndose cada vez más y más ansiosos hasta la explosión final.

Todo eso es gestionar el ritmo del efecto y es clave para garantizar el éxito del mismo. Si el mago divide la baraja en 15 montones, y cuenta cartas varias veces y no explica qué está pasando, ni por qué lo está haciendo, ni hace humor de ningún tipo, ni cuenta una historia mientras lo hace… al espectador no le queda nada a lo que agarrarse para mantener la atención y esta decae. Al final el efecto ocurre pero la mayoría de los espectadores se han perdido en la preparación y no entienden qué ha pasado y por qué, minorando el efecto final.

Al ritmo del Show

También podríamos entender por ritmo en la magia cuando hablamos del ritmo de un show completo. Es decir, el alrededor de hora de espectáculo que el mago ha preparado para su público. Aquí el concepto micro de un juego se lleva a la vista macro del espectáculo. Los conceptos son muy similares pero hablamos principalmente de la organización y tipo de los juegos, comparando unos con otros.

Es bien sabido aquello de: no hay una segunda oportunidad para crear una primera impresión. Hay muchos magos que son proclives a indicar la importancia de hacer magia, y potente, en el primer minuto de salir al escenario. Se ha demostrado con otro tipo de shows que eso no es un requisito indispensable, si bien ayuda. Pero está claro que el primer juego que hagas va a marcar qué puede esperar de tí el público y tiene que ser bueno. A mí particularmente me gusta empezar con música, permite atraer más y mejor al público y, por qué no negarlo, me recarga más las pilas.

En este caso, utilizo la música en varios efectos, mezclando números hablados y visuales que favorecen una sensación de cambios de ritmo, manteniendo mejor la atención del público. Pero eso va en gustos y en las características del mago. La mayoría coincidimos que el primer juego tiene que ser bueno, el último tiene que ser el mejor y lo que está entremedias no debe defraudar.

Jugando con los materiales de tu show, mezclando juegos de un tipo con otro, mezclando materiales (no siempre cartas por ejemplo), mezclando participación del público con intimismo del mago y muchas otras ideas conseguirás tener un ritmo que atrape al espectador y que quieran repetir el verte una y otra vez.

Resumiendo, tenemos dos ritmos diferentes, el ritmo del show y el ritmo de un juego dentro del show. El segundo ayuda a crear el primero pero, como has visto, juegos sueltos con buen ritmo no garantizan un show completo con buen ritmo.

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