La Importancia de la Lectura de los Niños en las Bodas

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Aunque hay bodas para todos los gustos es difícil encontrarse una boda sin niños. Los niños son alegría (aunque algunos te saquen de quicio de vez en cuando) y los más pequeños de la casa, en este tipo de celebraciones, suelen ser los que mejor se lo pasan. ¡Te lo cuentan ojos de ceremoniante de bodas!

La lectura de los niños en las bodas

La música, el baile, las risas. Todo acompaña para que los niños disfruten como lo que son en un día en el que todo es alegría. Para colmo, a veces les vestimos de adultos, con corbata o vestidos de princesa y eso les hace ser los reyes de la fiesta. Sabiendo todo esto, es habitual que los organizadores de bodas o los propios novios quieran aprovecharse de algún pequeñajo para tener un detalle en la boda. El sobrino menor de la hermana, el primo de 5 añitos o un amigo de la familia suelen tener su pequeño momento de gloria tirando pétalos de rosa a la entrada de la novia o entregando los anillos en el momento cumbre.

Pero los niños también pueden participar en un rol más activo de la ceremonia. Pueden hacer su discurso. Esta tarea, no obstante, no es nada fácil. Los nervios, la falta de costumbre de hablar en público, y la pérdida de memoria o comprensión lectora puede hacer que un buen intento se convierta en una mala pasada para el pequeño. Y eso, por encima del deseo de los novios, no debe ocurrir jamás. Es por esto que he elaborado una guía de pequeños consejos para que los pequeños, valga la redundancia, puedan colaborar en vuestra boda sin que por ello nadie se lleve un disgusto.

El niño/a tiene que querer hablar.

Es lo primero y más importante. No se les puede forzar a hacer algo que no quieren y mucho menos esto. Si no tienen realmente ganas de hacerlo te dirán que sí con la boca pequeña y en el momento más inesperado se arrepentirán. Quítale hierro al asunto, tanto si quiere como si no y asegúrate de que le apetece.

Déjale que prepare lo que quiere decir.

No hay nada más natural, gracioso y apropiado que el niño diga con sus propias palabras lo que quiere transmitir. No pretendas escribirle tú el texto porque no será suyo y para él será artificial. Aconséjale y ayúdale a escribirlo en unos papeles con letras grandes para que no se líe pero procura que la mayoría del mismo esté escrito por él.

Ensayad juntos.

Pero ojo, sin presión ni estrés. Cuanto más practiquéis más se imaginará en esa situación y eso es bueno, le dará seguridad. Pero si piensa que está siendo sometido a demasiada presión, abandonará. No le fuerces a ensayar pero facilítale que lo pueda hacer.

Enséñale a hablar muy despacio y con buena voz.

No pretendas que salga un conferenciante de este evento pero sí enséñale la importancia de hablar despacio y alto para que los demás le oigan y le entiendan. Lo recordará toda la vida si la experiencia ha sido buena, seguro.

Prepara un plan B.

Porque, incluso siguiendo los consejos anteriores, puede que el crío no quiera hablar. No debe pasar nada, no es un drama, de hecho es lo más normal. Si no quiere hablar quizás un familiar (idealmente con el que ha ensayado) puede salir con él y ayudarle. Si no hay forma ni con esas entonces lo mejor es pasar al siguiente testigo sin más importancia.

Espero que con estos consejos te puedas plantear el incluir a niños en tu ceremonia si, quizás, no lo habías pensado hasta ahora. Seguro que los invitados lo recordarán con mucho cariño. Te animo a visitar mi web para conocerlo todo sobre estas ceremonias.

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